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Premio al bien


Buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro” (Platón 427 AC – Filósofo griego”

 

Todo lo aquí desarrollado no pretende competir con ninguna religión ni creencia espiritual, solamente trata de exponer una serie de ideas para incentivar la solidaridad entre semejantes de tal forma que el limite solo lo pueda poner el propio individuo con independencia de su lugar de nacimiento, sexo, edad, fe o posición social. Básicamente solo se pretende premiar la solidaridad, la compasión y las buenas acciones. 

Existen códigos penales que castigan los delitos, ¿Por qué no existes códigos éticos que premien las buenas acciones que redunden en beneficio de nuestros semejantes? 

Al ser humano desde el principio de los tiempos lo mueve el deseo de prosperar, de llegar a más, y de llegar a ser reconocido y valorado por los demás. El ser reconocido por los demás hasta ahora solo está al alcance de una minoría porcentual de la población, y se llega normalmente por medio de la prosperidad profesional y económica. Pero la prosperidad profesional y económica también estan limitadas a una minoría.

¿Por qué excluir y perder el resto del potencial humano al que no pertenece esa minoría? Cualquier persona sin apenas medios puede realizar una buena acción que favorezca a los demás…¿Por qué no se ha reconocer de forma fehaciente?. No hay nada de malo en los demás lo sepan y lo valoren. El premio que se reciba en “otra vida” o “después de la muerte” puede quedar perfectamente para la religión profesada por cada individuo. 

Muchas veces escuchamos que portarse bien no sirve para nada, y al final no te van a dar las gracias: y que los que más arriba llegan son los que tienen menos escrúpulos. Esta desesperanza aparece al comprobar que siempre somos requeridos para ser castigados por nuestros errores y casi nunca para ser premiados por nuestras buenas acciones. 

¿A dónde llegaría la humanidad si desde el principio se hubiera apreciado siempre lo que hacemos por el bien de los demás?, Pero para apreciarlo debería ser conocido de forma inequívoca y valorado por todos, no solo por nuestro entorno más cercano, sino también por toda la sociedad como un dato objetivo, dándole por tanto el rango de norma. 

Poner en práctica todo lo aquí expuesto solo es cuestión de voluntad política ya que la rentabilidad esta asegurada a todos los niveles :
  • A nivel personal todo individuo se sentirá más útil al dar y recibir de acuerdo con su ética.
  • A nivel social se evitarán muchos perjuicios económicos y conflictos porque cada persona beneficiará y no perjudicará con sus acciones a otras.
  • A nivel ecológico se pondrá en valor nuestro entorno, apreciándolo como lo que debe ser: el mejor lugar donde se puede vivir.
  • Las ideas expuestas, para evitar especulaciones, solo deberán ser aplicadas a la acción individual, y no a empresas, ONG, fundaciones o por otra formación pluripersonal.
  • Se creará un organismo público verificador y registral (pudiendo establecerse a cualquier nivel comunitario), constituido de forma justa y democrática, al que cada persona pueda enviar cada acción puntuable destinada a su ficha personal. Este organismo también se ocupará de verificar que las acciones puntuables de cada individuo sean ciertas, anotando o restando puntos según sea “la acción premiada” o que “reste puntos”. A tal fin se le expedirá a cada persona un carnet de forma gratuita y sin exigencia alguna al alcanzar la mayoría de edad, o incluso antes si el organismo de control cree conveniente que pueda ser adecuado, en cual se reflejen la puntuación de forma actualizada. Dicha puntuación siempre será personal e intransferible. No se podrán vender, ceder, alquilar ni heredar puntos.
  • Alcanzará la mejor posición social el que además de los conocimientos y otros requisitos exigibles para el cargo,  tenga mayor puntuación, es decir el mejor preparado o adecuado y el más solidario.
  • La representación pública y la puntuación serán directamente proporcionales. 
  • Acciones premiadas, todas ellas sin remuneración alguna, es decir ejecutadas de forma gratuita, y que no causen perjuicio ni daño a ninguna persona, ser vivo, ni cosa:
     
    Donar sangre.
    Donar órganos.
    Arriesgar la vida, nunca de forma temeraria, para salvar a otro sin perjudicar a un tercero.
    Prestar servicios sociales.
    Participar en labores humanitarias arriesgadas para la propia vida.
    Haber promovido con éxito cualquier acción que redunde en beneficio de la sociedad o del planeta.
     
    Acciones que restarán puntos:
     
    La comisión de faltas graves y de cualquier delito perseguidos por la legislación vigente.
    La instigación al odio de cualquier tipo.
    Participar en conflictos bélicos o violentos.

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